ENSAYO DE UNA AUTOBIOGRAFÍA




Nací el miércoles 18 de julio de 1943, a las seis de la tarde, en Empalme, Sonora, un pueblito de ferrocarrileros donde se vive muy a gusto, con mucho calor y mucho mar.

Descendiente de Avelina Aguayo y Ramón Montoya, soy la primogénita de siete hermanos (tres mujeres, cuatro hombres). Ya sólo viven dos hermanas y dos hermanos, los cuatro en Guaymas, Sonora.

Eramos una familia muy humilde, y mi hermosa madre era muy inteligente, muy culta. Mi padre era buena persona pero lo transformaba el alcohol. Nos golpeaba y teníamos que andar escondiéndonos de él.

Quedé huérfana de padre a los 13 años, y tuve que ayudar a mi madre para salir todos adelante. Mi primer empleo fue como enfermera en la S.S.A. En 1961 me casé con Oscar Lever Medina, y tenemos tres hijas -Silvia, Martha y Guadalupe- y dos hijos -Oscar y Eduardo-. Me siento muy orgullosa de todos, los amo, con errores o sin errores los quiero.

Maravillosos, inteligentes, Dios los bendiga por ser tan buenos hijos. Hemos pasado de todo: pobrezas, alegrías, tristezas, pero mi viejo y yo nos apoyamos siempre. El ha sido mi pilar, y ha sido muy buen padre. Hemos estado juntos en las buenas y en las malas. Dios me lo guarde mucho tiempo, porque yo no séqué haría sin él.

Después los hijos se casaron y ya tengo el gusto de conocer a cinco nietas y tres nietos. Me siento muy contenta porque ser abuelos es otra cosa. Mis nietas Suzet, Itzel, Diana, Ivana y Valeria son las mujercitas más hermosas de esta familia, y Oscar Omar, Luis Enrique y Rodrigo los más guapos. Les deseo un gran futuro.

Mis nueras son muy buenas mujeres y mis yernos, mis respetos. Yo los quiero mucho porque quieren a mis hijos e hijas. Deseo que todos sean felices.

Pues ésta es mi vida, hasta que Dios me lleve a rendir cuentas. He sido muy feliz, y el día que Dios venga por mí, me iré muy satisfecha de la vida, de mis hijos, de mis nietos y de mi esposo. 




Pintar, pintar...

Comencé a pintar en 2005, a los 62 años de edad, por mera casualidad, cuando una tarde mi nieta Itzel,mi hija Guadalupe, mi yerno Miguel y yo nos sentamos a dibujar y pintar con acuarelas, como juego.

Como les gustó lo que hice, me recomendaron ir a un taller de pintura los domingos, y lo hice. Me gusta mucho pintar flores y paisajes. Creo que la figura humana no me sale bien, pero mi familia me ha dicho que la pintura es una expresión, donde cada quien tiene su estilo, sus formas, y no importan las imperfecciones. Todos mis hijos, sobrinos, amigas, familiares me han apoyado, pero mi yerno Miguel me ha ayudado mucho, pues es quien me dio mis primeras pinturas al óleo, pastel, acuarelas, bastidores, y libros de pintura... Por lo mismo, no esperen un gran currículum.

He visto que no es muy común que la gente acostumbre invertir en pinturas. No es algo que compren ni regalen. Sin embargo, pintar se ha vuelto para mí una actividad vital. Y lo hago en la superficie que tenga a la mano: tela, papel, madera... Lo disfruto y si alguien quiere comprar algo de mi galería, sería un gran aliciente.

El arte adorna, recrea, armoniza, relaja, enseña, perdura ... 

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